Primer día de clase, lunes, grupo numeroso, asignatura del primer módulo: lengua y literatura…
Y allí estaba Miriam, la profe, intentando que 38 alumnos adultos, iniciaran este nuevo desafío para sus vidas, de “aprender a APRENDER” nuevos conocimientos. Miradas esquivas, miedo, inseguridades, preguntas que aún no tenían respuesta, y quien sabe si este lugar, este reto, llenaría sus expectativas…
NO era una situación cómoda para ellos, tampoco para nosotros quienes tenemos esa enorme responsabilidad de transmitir lo que hemos aprendido… advirtiéndoles que TODOS SOMOS MAESTROS Y ALUMNOS…y que equivocarse está totalmente permitido, para aprender del error-
Un estudiante, que según su legajo, decia llamarse Rolando Spina,nacido el 15-06-69, estaba sentado en un segundo banco de la hilera central. El mismo que marcó un antes y un después en la vida de Sonia Bigotto, cuando se reencontraron en esa primavera del 2003, hoy su mujer y mamá de dos de sus hijos y a quien reenamoró con una larga carta de amor…
Su contextura física se imponía bastante, no era precisamente el mejor lugar para ocupar, pero no interesaba.. y más allá de sus preocupaciones, de sus límites horarios por su trabajo, de la situación personal y afectiva que atravesaba, de la dureza de su rostro, supo descubrir y redescubrir el PODER DE LAS PALABRAS…Y el supo interpretar cada una de mis consignas de trabajo, pudiendo sobrellevar la carcajada o el aplauso al ser leída ante el grupo.. De a poco fue perdiendo la vergüenza de la exposición, de a poco sus trabajos eran potencialmente ricos en emociones, sentimientos, estados de ánimo, sensaciones, de a poco lo vivencial, se trasladó al papel, porque ese NIÑO INTERIOR, empezaba a crecer y ya no tenía vergüenza de mostrarse cómo era …De a poco comprendió que las palabras escritas, con o sin errores sintácticos,o gramaticales, tienen una gran dimensión en nuestras vidas, porque son un cable a tierra, la catarsis perfecta para evitar el doctor, para curar heridas del alma, para no sentir que estamos solos, para acercar o decir adiós, para movilizar el espíritu, para abstraerse de la indiferencia de los demás y ser protagonistas de nuestras propias sensaciones….
Y comprendió también, que la alquimia de las palabras, tienen magia y producen un efecto insospechado porque ya cuando se conocen, dejan de ser del escritor.. como dijo PABLO NERUDA: LAS PALABRAS NO SON DE QUIEN LAS ESCRIBE SINO DE QUIEN LAS LEE Y LAS NECESITA.
Y tal vez por eso dejó que se despertara su niño dormido-sus emociones, su yo interior- y se atrevió a más..
Cuánto coraje!! Hoy tiene un blog, que dio nombre a su libro recién parido-como expresó en su nick- que es visitado por muchas personas, algunas compartiendo este momento, que será único, que le permitirá recuperar el aliento e ir por más desafíos…dejando, sin duda, su propia huella… aún ante las críticas por la aceptación o el rechazo de lo que hagas. Y no te olvides que sobresalir, expone, da inseguridad, vergüenza, pero permitirse estallidos, dignifica el alma y recrea el espíritu.
Yo me siento orgullosa de que me hayas elegido para presentar CHARLEMOS EN VOZ BAJA, porque cuando enseñamos, nuestro mayor deseo, es que la siembra de HOY, SEA LA COSECHA DEL MAÑANA.
En alguna clase les dije:
“EL PENSAMIENTO ES UN PÁJARO DEL ALMA, QUE TRANSFORMADO EN PALABRAS, PUEDE ABRIR LAS ALAS Y ECHARSE A VOLAR!!”
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