El titulo me lleva a escribir lo que puede llegar a pasarle o le paso a gente que quiere tener un encuentro fugaz con alguien al que extraña o cree que lo extraña.
Generalmente todo comienza con una llamada de teléfono….
“Hola… estoy sola acá en este lugar paradisiaco, pensando en vos… te extraño”
Date vuelta… lentamente, despacito
No, no te sonrojes, no sonrías
Sin decir nada, date vuelta
Tu mirada te delata
Tu sonrisa te ilumina
Siii estoy acá… detrás de ti
Todo sigue con un beso efusivo, lo deseaban los dos, luego terminaran en alguna habitación entrelazados y amándose hasta que el sol aparezca de nuevo.
El fin de semana termina, se distancian nuevamente. Cada uno sigue con sus vidas como hasta ahora.
Que pasa después de estos encuentros, en el que los dos tienen mucho por perder, poco por ganar en estos momentos ya que tiene sus vidas organizadas, o tenían hasta que aparecen los que de alguna manera te descontrolan la forma de vida cotidiana que tenías.
Muchas veces, la pasión, la ilusión queda en ese cuarto de hotel donde expresaron sus fantasías, sueños que tenían al estar en contacto después de mucho tiempo.
Cuando regresan a la normalidad, la pasión se apaga, toman distancia muchas veces o quizás tengan un par de encuentros mas, ya que ninguno tirara por la ventana los años invertidos con la persona que los acompaña desde hace tiempo.
Distinto seria si no tuvieran responsabilidades, ya que lo que hacen es una apuesta a futuro, viendo si pueden realizar y concretar el viejo sentimiento que sienten mutuamente.
Consejo de una persona que cree que el amor es fuerte a veces: pensemos los pasos que damos, no se trata de hacer algo que quizás te duela después.
“No cambiar el caballo a mitad del río” dicen los gauchos amigos, y esa frase la tomo para todo los ordenes de mi vida.
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